Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 17 de marzo de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Comunicación a las Cortes
Número y páginas del Diario de Sesiones: 29, 554, 555
Tema: Sucesos de Andalucía

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Señores Diputados, con profundo dolor, pero en cumplimiento de un sagrado deber, tiene el Poder ejecutivo que dar cuenta a las Cortes Constituyentes de las tristes y desagradables noticias que acaba de recibir.

A las doce del día próximamente se recibió el parte telegráfico siguiente:

" Sevilla 17. Madrid 17 Marzo, a las cuatro y treinta minutos de la tarde. Interrupción completa entre ésta y Jerez desde las once y treinta minutos. Al parecer, avería a mano armada en Jerez. "

Se comunicó enseguida un telegrama exigiendo la averiguación de los motivos que habían ocasionado la avería del telégrafo, y la contestación ha sido el siguiente parte recibido a la una:

" Dice el telegrafista de servicio en el hilo de Sevilla que ha pasado un parte oficial urgentísimo del capitán general de Sevilla al gobernador militar y civil de Cádiz mandando que salgan tropas sobre Jerez, en donde está muy amenazado el orden público y hay formadas barricadas; pero no han empezado las hostilidades. Esta se cree sea la causa de la interrupción con Jerez. "

A las dos y media se ha recibido el siguiente despecho:

" El gobernador al Ministro de la Gobernación. Sevilla 17, a la una y treinta y ocho minutos de la tarde. Madrid 17 de Marzo, a las tres y un minuto. El gobernador al Ministro de la Gobernación. Habiendo pedido noticias al jefe de la Guardia civil de Morón sobre lo ocurrido en Alcalá del Valle, de la provincia de Cádiz, con motivo de las elecciones allí verificadas, me dice lo siguiente: "El día 13, al constituirse la mesa para las de ayuntamiento, Juan Barroso Revienta y otro, por apodo el Diablo, diciendo que las mesas se habían de ganar a tiros, fueron a matar a uno, y no encontrándolo, mataron dos en la calle e hirieron a seis personas más, de ellas tres mujeres de la familia de los muertos: dos de los heridos de gravedad. Lo digo a V. E por si el gobernador de Cádiz no puede participárselo, porque, según me dicen, está cortada la línea telegráfica desde ésta a Jerez, y se supone que a mano armada. Me ocupo de averiguar las verdaderas causas de esta interrupción, y así que las conozca las comunicaré a V. E."

Y en este momento acaba de recibirse este otro despacho:

" Sevilla 17, a la una y cincuenta minutos de la tarde?= Madrid 17, a las dos y treinta y cinco minutos de [554] la tarde. ═ Urgentísimo ═ El capitán general al Ministro de la Guerra, a la una de la tarde. ═ En Paterna reúne el alcalde armas y municiones para el frente delas turbas alterar el orden. ═ Tiene conocimiento el gobernador civil de Cádiz, y ha providenciado ═ En Alcalá del Valle se ha alterado el orden y se han cometido asesinatos: marcha a dicho punto el juez de primera instancia con fuerza de la Guardia civil. ═ En Jerez alterado con motivo de las quintas; se han formado barricadas: la guarnición marcha a tomarlas: envío un batallón de la de esta capital, y ordeno salga otro de Cádiz para dicho punto, pues cuento con bastante fuerza, con la de Ultramar. ═ En este momento se me participa está interrumpida la comunicación telegráfica con Jerez: exigiré la responsabilidad al jefe de la línea. ═ Seré duro e inflexible, en cumplimiento por lo ordenado por V.S. ═ En los demás puntos del distrito no ocurre novedad."

Debo advertir que en estos momentos se está trasladando un parte telegráfico de Cádiz, en cuya población no ocurre novedad, limitándose a comunicar también desde allí las noticias de lo ocurrido en Jerez y algunos otros puntos de la provincia de Cádiz, y que acaban de oír los Sres. Diputados.

Tal es el estado n que se encuentra una parte de Andalucía; pero, Sres. Diputados, el Gobierno no puede ocultar que el mismo lamentable estado de perturbación existe desgraciadamente en otras, en bastantes provincias de España, que si hasta ahora no ofrecen igual gravedad, por lo menos presentan los mismo síntomas que hasta ahora se venían observando en la provincia de Cádiz.

Y es triste, Sres. Diputados, y es doloroso que cuando la revolución marcha magestuosmante a su fin; cuando en este país y en una época revolucionaria se tiene la libertad práctica más grande que se ha conocido en ningún otro país, y en ninguna otra revolución; es doloroso, repito, que cuando el pueblo de Madrid, este pueblo sensato y verdaderamente liberal, que nunca sufrió resignado la reacción, y que jamás se ha sublevado contra la libertad; es triste y doloroso, repito, que cuando el pueblo de Madrid, con jornaleros casi desnudos, y sin tener apenas algunos días pan que llevar a sus hijos, da insigne ejemplo de cordura conservando el orden, como el único medio de conservar la cara libertad que a tanta costa hemos conquistado, haya pueblos en España en que unos cuantos perturbadores tengan amedrentadas a las familias honradas y dominen el vecindario con la amenaza, la violencia y la fuerza.

Es triste, Sres. Diputados, es triste que cuando hemos dado las libertades más amplias, cuando hemos concedido al ciudadano sus derechos, al municipio sus fueros y a la provincia sus franquicias; cuando o hay ahora en España libertad que se eche de menos; cuando, en fin, hemos planteado un procedimiento apenas conocido, y no bastante apreciado en los países más civilizados del mundo, el sufragio universal, y cuando lo hemos practicado con éxito tan feliz y con tan inesperada fortuna como en ninguna parte se ha visto, dando el gran resultado de estas Cortes Constituyentes, Sres. Diputados, de estas Cortes Constituyentes en las cuales se ven dibujados todos los campos, desde la montaña blanca hasta la montaña roja; en las cuales no hay opinión política que no tenga su eco, desde la opinión republicana federal hasta la opinión absolutista pura; en las cuales no hay clase social que no esté dignamente representada, desde la modesta chaqueta del artesano hasta la púrpura cardenalicia.

¡Magnífico coronamiento de la obra comenzada en la bahía de Cádiz! ¡Sorprendente espectáculo, que no tiene igual en los fastos revolucionarios de ningún pueblo del orbe! Es triste y doloroso, repito, que cuando hemos alcanzado tan sublime resultado, unos cuantos perturbadores. Esas gentes que no pueden vivir más que en el desorden, esos malvados que no se alimentan más que de las malas pasiones, tengan a este país conmovido y perturbado, que queriendo deshonrar la revolución con el desorden y ahogar la libertad en la anarquía. (Bien, bien.)

Bien, Sres. Diputados: el Poder ejecutivo, las Cortes Constituyentes, la minoría, la mayoría, todos, en fin, estamos interesados en salvar la revolución, en afianzar la libertad. (Sí, sí.) Salvémosla, pues, Sres. Diputados, salvémosla contra estas perturbaciones; demos sin temor libertad arriba, pero exijamos con energía orden abajo, y no habremos defraudado las esperanzas de la revolución de Septiembre, y habremos merecido bien de la patria y nos habremos hecho dignos de este gran pueblo. (Muy bien.)



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